BAJO LA SÁBANA


Relatos de una prostituta: Helénica



por Macarena Moraga


Fotografías por Paulina Rivas

El cuerpo después del amor, el pecho comienza las contracciones, alumbramiento de un amor muerto. El corazón abortado de manera casi natural, pensamiento menstruante, mientras defeco memorias a través del silencio, escupitajos de veneno letal, “Te amo” es nocivo para el recuerdo. Queda el cuerpo después del amor, como hijo perdido en la muerte, llantos y gritos hacia el cielo, un “Por qué”, lleno de aire putrefacto, que jamás termina.

La feminidad fue violada brutalmente y se ha ido con el amor al dejar la puerta abierta, la identidad de una niña, de una mujer, de una señora, se ha perdido entre mundos desesperanzadores.

En el suelo de la habitación arde “El arte de amar”.

Y una simbiosis nace entre mi persona y la muerte…somos una sola imagen en un espejo hecho trizas, somos una, sin dejar de ser cada una por si misma, parte de un sistema sórdido y pérfido: la vida después del amor, es sólo un cuerpo después del amor.

Reitero con frases ahogadas y tenues…el amor…

Y mis sábanas aún tibias contestan riendo a bocanadas con aroma a sexo entre sus palabras. El amor…un chiste del Dios de los hombres, el más entretenido el más turbio y oscuro, el más antiguo, el mejor elaborado, el más pensado, la mofa burlona de quien nos ha transformado en medio bestias, medio personas.

El amor se repite como la historia de la humanidad, como ente errante entre personas, memorias y sensaciones, todas crueles, todas punzantes y llenas de intenciones.




El amor se presenta con sombrero y poesía ante nosotros, ocultando lo que es, tan sólo una idea carente de hechos, una idea poco definida ambigua, donde todo lo que se hace por amor, es pero no lo es a la vez, y sólo vive porque nosotros lo recordamos, lo extrañamos...no es el amor sin cuerpo un hecho, no es un acto...el amor…es tarea de los filósofos aficionados, románticos inconscientes y egoístas, estrellas de rock de mala muerte, es tarea de palabras bellas, de sensaciones finitas y absolutamente terminables...es tarea de la razón en disputa con la pasión en una guerra, donde siempre ambas partes mueren.

No se va hasta dejar en pedazos la vida, la carne, el pensamiento, el recuerdo. Amantes seamos todos y sepamos por lo menos que dejaremos de existir.

El amor es una amante venenosa…una prostituta que cobra caro.






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